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Trucos para alargar la vida del embrague de tu coche

Una avería frecuente e incluso recurrente es la rotura del embrague. Una de las piezas fundamentales de cualquier vehículo que es sometida a un uso intensivo y que sufre un gran desgaste en el que influye demasiado el modo de accionar. Por eso, vamos a desglosar una serie de trucos para ayudarte a prolongar la vida útil de este sistema.

La rotura del embrague es una de las averías que normalmente va emitiendo señales de deterioro. Algo tan evidente como tener más dificultades de lo normal a la hora de engranar una marcha, ruidos extraños en cada cambio o sensación de esponjosidad al apretar el pedal pueden ser los primeros avisos de un futuro desperfecto.

Aunque en el imaginario popular damos por hecho que con determinados kilómetros de vida de un vehículo, la rotura del embrague es una avería insalvable, en realidad lo que marca el fin de su vida útil es la cantidad de ciclos al que ha sido sometido, es decir el tipo de circulación que realizamos. Por ejemplo, si gran parte del tiempo circulamos en ciudad, con recorridos cortos de frena y embraga, su eficacia tendrá poco que ver con los kilómetros realizados y los gestos de conducción a la hora de embragar.

Uno de los defectos más recurrentes es el de no pisar a fondo el pedal del embrague al mismo tiempo de engranar la marcha correspondiente. Esta deficiencia puede ser causada por no tener el asiento a la distancia correcta. La flexión de la pierna es determinante para corregir esta acción.

Otro vicio que algunos conductores tienen es el de dejar apoyado el pie en el pedal del embrague una vez realizado el cambio de marcha. Esa presión que sigue ejerciéndose sobre el mismo genera fricciones internas que aceleran el desgaste del disco. Acostúmbrate a dejar el pie izquierdo apoyado en el reposapiés lateral o en el suelo y solo desplaza el pie al momento de realizar la acción.

Mantener el motor embragado durante demasiado tiempo es otra causa que contribuye a acortar la vida útil del embrague. Anticiparnos al cambio de luz ante un semáforo y mantener el pedal pisado en modo embragado aunque se tarde más segundos de lo normal es someter al sistema a una fricción innecesaria. De igual manera, soltar demasiado rápido el pedal sin darle tiempo a la correcta entrada del cambio lo somete a un gran estrés totalmente inútil. Por eso, recomendamos que toda espera en punto muerto se haga sin mantener apretado el embrague.

Si tienes presente estos pequeños detalles, prolongarás la vida útil del embrague de tu coche unos cuantos cientos de kilómetros más.

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