badenes

¿Qué daño hacen los badenes a tu vehículo?

Cada día pisamos unos cuantos badenes mientras circulamos, y en cada ocasión nos preguntamos qué tipo de consecuencias repercuten en nuestro vehículo.

Que conste que no estamos en contra de estos elementos disuasorios, simplemente estamos analizando cómo afectan a nuestro bolsillo en función del uso de nuestro coche, furgoneta, camión de reparto o moto.

La medida de colocar estos badenes, que pueden ser de diferentes formas y materiales, se empezó a extender desde hace poco más de 15 años por todo el territorio. Con el paso del  tiempo muchos ayuntamientos abusaron de este precepto y empezaron a colocarlos sin ningún tipo de medida, según lo que creían conveniente, y muchos de estos badenes pasaron a convertirse en obstáculos en la calzada por lo desproporcionado de sus dimensiones.

En el año 2017, la normativa sobre reductores de velocidad estableció una serie de parámetros para su instalación. Sin embargo, es bastante común observar a día de hoy que no siempre se cumple, amparados en la “justificación técnica”

Ministerio de Transporte. Carreteras. Normativa 156/2017 – 12.6 Reductores de velocidad.

NO podrán instalarse reductores de velocidad, salvo justificación técnica, en estos casos:

  • – Tramos que no tengan la consideración de travesías. Tramos cuya velocidad sea inferior a 50 km/h.
  • – En los primeros 50 metros del comienzo de la travesía.
  • – Travesía de longitud inferior a 200 metros.
  • – En puentes, túneles, obras de fábrica singular y en sus 25 primeros (anteriores) y últimos (posteriores) metros.
  • – Travesías con pendientes superiores a 5%.
  • – Travesías con más de 2 tramos de circulación salvo que tengan mediana no franqueable.

En cuanto a sus dimensiones, deben observarse los siguientes detalles:

Paso peatonal sobreelevado

Altura: 10 cm

Longitud: 4 m de zona elevada

Rampa: de 1 m a 2,5 m según velocidad máxima

Lomo de asno

Altura: 6 cm

Longitud: 4 m

Reductor prefabricado

Altura: 3 cm

Longitud: 60 cm a 120 cm

En todos los casos se debe garantizar el correcto drenaje de la zona y su adecuada  señalización previa.

La constante agresión que sufre nuestro vehículo en los badenes se traduce en un deterioro anticipado de los neumáticos, trabajo fuerte y continuo del sistema de suspensión, holguras en los silentblocks del motor, desajustes en el paralelo de la geometría de dirección y ejes y, por último, afectando a nuestra comodidad, desacoples de los plásticos interiores sumando ruidos y crujidos no previstos.

El conjunto de estas agresiones, ya sea directa o indirectamente, acortando la vida útil (hasta un 50%) de los componentes, puede llegar a costar unos 1.000€ en servicios de taller según un estudio de Euromaster.

Un buen dato para recordar cada vez que pasamos sobre estos obstáculos o alertas de velocidad inadecuada.

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