Los adelantos tecnológicos incorporados al sector del automóvil se están convirtiendo en un arma de doble filo en este caso concreto. Nos referimos a las pantallas táctiles que incorporan casi todos los vehículos de nueva generación. Añadimos aquellos que también lo han incorporado aunque no viniera de serie y que aporta ese plus de actualización.

Estas pantallas táctiles normalmente integran un sistema de información útil y necesaria para el conductor y son una ayuda complementaria que integra sistemas de navegación, telefonía, ocio y chequeo de las funciones del vehículo.

El problema surge ante la manipulación de este sistema en marcha. Suma un plus de distracción, desconcentración y desvío del espacio de circulación que ha disparado las alarmas en las centrales de tráfico de toda Europa.

Un estudio reciente por parte de la Asociación Independiente de Conductores Británica (IAM RoadSmart) en colaboración con la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), relaciona directamente este problema con el aumento de la siniestralidad en carretera.

La DGT española estima que uno de cada tres accidentes se deben a distracciones. 

El uso indebido de las pantallas táctiles nos desconcentra ya que apartamos la vista de la vía por donde circulamos. Si hacemos un simple cálculo matemático sabremos que apartar la vista durante escasos 10 segundos a una velocidad de poco más de 100 km/h significa recorrer al menos 300 metros. Además ante una distracción de este tipo el tiempo de reacción también se ralentiza. Demasiada distancia recorrida sin control abre un amplio abanico de posibilidades de tener un accidente, desde un choque por alcance hasta una desviación del carril y salida de la vía.

Sin embargo, la correcta utilización de las pantallas táctiles nos aporta muchísimas ventajas, ya que nos permite tener un solo punto de control para numerosos datos importantes.

Es importante preparar el trayecto al subir al vehículo, y chequear todos los datos antes de arrancar la marcha. Haz prevalecer el sentido común.