Cuando llega el momento de irse de vacaciones, es difícil decidir qué se queda en casa y qué viene con nosotros. Según cuál sea nuestro destino, la lista de ‘por si acasos’ puede ser demasiado larga y, en muchas ocasiones, el maletero de nuestro coche no dispone de espacio suficiente para almacenar el equipaje de toda la familia. Es entonces cuando toca recurrir a utilizar la baca del coche.

Lo básico es tener instalada la baca en sí, es decir, la estructura de barras sobre el techo del vehículo. Una vez disponemos de esta estructura, tenemos la posibilidad de instalar sobre esta un baúl, cofre, o similares, para así poder transportar nuestro equipaje de manera cerrada y segura.

En caso de que nuestra intención sea transportar objetos o mercancías grandes, lo interesante sería colocarlos directamente sobre la baca, y obviar el baúl. En este caso, es importante tener en cuenta este apartado del Reglamento General de Circulación, que nos dice que la carga no puede sobresalir más allá de los límites del vehículo.

Partiendo de la situación que planteábamos al principio, cuando nos vamos de vacaciones, a menos que excepcionalmente debamos transportar cosas grandes, lo más práctico y seguro será viajar con nuestro equipaje en un cofre o baúl.

A la hora de colocar la carga en el baúl, hay que tener en cuenta que los objetos más pesados se colocarán al fondo y en la parte trasera, distribuyendo así el peso de la mejor manera posible con tal de que no se eleve demasiado el centro de gravedad del vehículo.

El hecho de usar un cofre contribuye a que tengamos más aerodinámica, lo cual repercutirá en el consumo del coche, ya que cuanta más resistencia ofrezcamos, más combustible consumirá nuestro coche y más entorpeceremos nuestro avance.

En cualquier caso, si llevamos equipaje en la baca del coche lo tenemos que tener en cuenta para adaptar nuestra conducción a esta carga extra, por ejemplo, adaptando la velocidad de frenado, evitando los frenazos bruscos o la velocidad con la que pasamos las curvas.